Poesía breve para el señor poeta.

Tu mundo está en la poesía
Y tú aliento respira versos.
Tu mundo y el mío señor poeta
podrían estar más unidos.
Mientras tanto solo lo está
en esta poesía tan breve.

Hormigas.

Caminaban las dos hormigas por el marco de la ventana de aquel viejo edificio. Ambas conversaban en voz baja mientras miraban desde arriba hacia la gran avenida, tomada por la gran multitud que acompañaba compungida y solemne, el cortejo fúnebre del presidente que acababa de morir, en aquel triste día de julio. 

#Microcuento #Minicuento  #DeMiPropiaAutoría 

Lugar apartado.

Fuimos a un lugar apartado los dos, muy lejos del "qué dirán", en donde nadie nos pudiera ver, a darnos unos cuantos besos y luego volver. #Microcuento #microficcion #DeMiPropiaAutoria

Río crecido.

Hasta el día anterior el río solo había crecido un poco. No parecía que fuera a avanzar más. Pero al día siguiente, cuando quisieron darse cuenta, el agua les golpeaba la puerta. #Microcuento #propio

Error.

Solo fuiste un error en mí vida. Una triste ficción junto al río. Apenas un par de mates en la costanera, una tarde de verano. Apenas un error, que tendrá muy pronto su corrección. #Microcuento #propio

Quinceañera.

La quinceañera iba a festejar sus quince. Pero no pudo. Fue a tener familia. De todas maneras en el barrio ninguna tiene su fiesta de quince.
#Minicuento #demipropiaautoria

Extranjeros. (Cuento breve)

- Oiga usted, ¿no le parece que tendríamos que sacar volando a estos extranjeros, antes que ellos nos quiten todo lo que es nuestro? Estos okupas están avanzando muy rápidamente y cada día que pasa nos van usurpando más nuestras tierras. ¡A patadas deberíamos desalojarlos a todos estos sin perder más tiempo!
- ¡Nooo! La violencia nunca fue el camino, y jamás nos llevará a nada bueno. Además ellos son extranjeros, sí, pero de Europa. Sepa usted que los europeos son gente culta y civilizada, además de  respetuosos y ordenados, así que tenga por seguro que no tendremos problemas con ellos. Y a eso agréguele que los europeos se bañan todos los días, al igual que nosotros, no como estas gentes extranjeras salvajes de nuestro continente.
- Bueno. Será como usted diga, Ala Grande. Usted es el cacique. -Le respondió al jefe de la tribu mientras sus ojos observaban fascinados la imponente puesta de sol en aquella extensa llanura que formaba parte de su territorio.